Restaurantes y negocios como La Casa de Toño, El Bajío, El Califa, Pizzas Plaza o la panadería La Esperanza, que cuentan con aplicaciones de entrega a domicilio, serán de las más afectadas con el cobro del impuesto de 2% que propone la Ciudad de México, comenta Sissi de la Peña, gerente regional de Comercio Digital y Organismos Internacionales de la Asociación Latinoamericana de Internet (ALAI).
“Este tipo de normativas siempre van pensadas en impactar únicamente a las grandes corporaciones digitales y, a final de cuentas, por no entender cómo funciona la economía digital y estos nuevos modelos de negocio, aquellos nuevos emprendedores, como La Casa de Toño, los emprendedurismos digitales que están intentando incorporarse a esta economía, lo único que hacen es ponerles más barreras”, asegura de la Peña en entrevista.
El próximo 15 de diciembre, la Asamblea Legislativa de la Ciudad de México podría autorizar un impuesto de 2% a las personas físicas o morales que operen, utilicen y/o administren aplicaciones y/o plataformas a través de las cuales los usuarios puedan contratar la entrega de paquetería, alimentos, víveres o cualquier otro tipo de mercancía.
Este sería un nuevo impuesto que se aplicaría en la Ciudad de México, lo que resulta contrario a lo dicho por el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien aseguró no habría aumentos o nuevas cargas tributarias en el país.
La pandemia por Covid-19 llevó a que pequeños restaurantes como taquerías y fondas, además de usar las apps de DiDi Foods o Uber Eats; decidieran innovar y comenzaron a subirse a las tiendas de aplicaciones móviles.
De manera que los usuarios tienen la opción de pedir unas quesadillas en la app de La Casa de Toño, unas carnitas en la del restaurante El Bajío o una concha de La Esperanza.
Aunque este impuesto afectará a empresas como Didi Food, Uber Eats, Rappi, Amazon, Jüsto, de la Peña comenta que éstas grandes corporaciones digitales pueden sortear las barreras porque tienen capacidad económica, administrativa, capital humano, que pueden atender estos retos.
“Pero emprendedurismos que tratan de adaptarse a la nueva economía digital por este contexto de pandemia, lo único que van a hacer es que tendrán menos intensidad de negocio porque los productos se van a encarecer, habrá menos flexibilidad de gente que esté dispuesta a hacer entregas, la gente en lugar de pedir a domicilio preferirá a recogerlo”.
De manera que el impacto es opuesto a lo que, probablemente, intenta la Ciudad de México, que es desarrollar la economía digital, subraya la gerente de la ALAI.
De la Peña asegura que este impuesto, como está sugerido en la iniciativa, impacta en el componente de la entrega del producto que se adquiere a través de una plataforma digital y va a afectar al usuario final al repartidor y a los restaurantes.
“Al vendedor que a través de este componente de entrega incursiona o entrega se sube a la economía digital”, destaca.
Rechazan nuevo impuestos
La Asociación de Internet MX (AIMX), la Asociación Nacional de Transporte Privado (ANTP), la Asociación Fintech México (FTMX), la Coparmex Ciudad de México, la Asociación Mexicana de Ventas Online (AMVO), Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra), La Confederación de Cámaras Industriales de los Estados Unidos Mexicanos (Concamin), El Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior, Inversión y Tecnología, A.C. (COMCE) y la Asociación
Latinoamericana de Internet (ALAI) están en contra del impuesto de 2% para apps de entrega a domicilio.
“Un impuesto local por usar las calles no tiene precedente y es inconstitucional, va en contra del principio de equidad tributaria y además es una medida que daña a la economía digital, limitando la creación de valor económico y social, la cual, más allá de beneficiar a los usuarios y consumidores finales los afecta en gran medida”.
Las organizaciones explican que el nuevo impuesto resultará en una modificación a la estructura de costos de las plataformas intermediarias y de miles de restaurantes, micro y pequeñas empresas, lo que tendrá inevitablemente un impacto en los precios que pagan los consumidores finales, incrementando la ya alta inflación y, con ello, afectando directamente el bolsillo de las familias mexicanas que demandan estos servicios y a miles de repartidores que han encontrado en las plataformas digitales un medio de generación ganancias en estos tiempos de pandemia.
Por su parte, un vocero de Amazon comentó: “en Amazon cumplimos con todas las normas y regulaciones aplicables en México, incluyendo el cálculo y pago de impuestos. Trabajamos estrechamente con las autoridades mexicanas para asegurarnos de que las operaciones de Amazon cumplen con los requisitos fiscales vigentes”.