Hace unos días asistí a un evento de una empresa 100% mexicana, con operaciones globales y que, por lo tanto, debe cumplir con legislación local, nacional e internacional.
Pero cuál fue mi sorpresa, para ingresar a sus instalaciones me solicitaron el IMEI de mi teléfono celular. El IMEI ( International Mobile Equipment Identity) es el código internacional de identidad que tiene cada teléfono móvil y que lo distingue de manera única.
“Es la huella de identidad del dispositivo móvil, equiparable a la huella digital de las personas”, explica el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT).
Pero no sólo eso, quien tenga el IMEI del teléfono celular puede desactivarlo y dejarlo inservible, por lo que a la pregunta de ¿me da su IMEI? respondí: ¡claro que no!
Imaginemos que la libreta donde a mano anotaban los IMEI junto con la marca y modelo de teléfono celular es robada y algún “listo” desactiva todos los IMEI ahí escritos, ya que los datos se colocaban junto al nombre y firma de la persona, datos suficientes para concretar la cancelación, ¿qué haría la empresa al respecto?
Lo que menos entendí es para que solicitaban este dato personal sensible que puede tener consecuencias desagradables para la empresa en caso de un mal uso de esta información y peor para el usuario que pueda verse afectado por el mal uso de sus datos.
Por supuesto que nunca me ofrecieron un aviso de privacidad, no estaba a la vista ni me “invitaron” a conocerlo en alguna página de internet.
Y a ustedes ¿les han pedido su IMEI, lo han entregado?